domingo, julio 22, 2007

Todo a acabado para nosotros


¿Que voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? Esto no se suponía que debía pasar, ¿Por qué? Me siento enfermo, me siento mal, creo que voy a vomitar, ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué a mi? Me falta aire, estoy mareado, el mundo gira a mi alrededor y no creo que sea por las cervezas que tome, esta lloviendo, esta oscuro, estoy perdido, esto no debió ocurrir… Desde pequeño me han estado preparando para la vida, en el colegio me preparaban para Media, en Media me preparaban para la universidad y se suponía que en la universidad me prepararían para vivir mi vida, se suponía que esta todavía no comenzaba, alguien me engaño, nadie me dijo que esta ya había comenzado, que mi vida estaba en mis manos, que podía tomar las riendas de ella en cualquier momento, nadie me dijo nada, yo hacía lo que se suponía que tenía que hacer, colegio, universidad, trabajo, casarme, hijos, nietos, morir. Ese era el plan, fin del asunto, ella me engaño, se me doblan las piernas, ya no puedo pensar porque me estoy mojando, porque arruine mi vida, porque los autos que pasan me encandilan, porque estoy llorando, porque todo se fue al carajo, me paro, camino, ella me engaño, esto no debió ocurrir, nunca, no a mi ¿Por qué a mi? Me va a tener que escuchar, ella, maldita, perra, como me hiciste esto, se suponía que te quería, se suponía que me querías, se suponía que estábamos en esto juntos, ¿Por qué me dejaste? Lo arruinaste todo ¡Todo! Porque me hiciste esto, ahora estoy fuera de tu casa y me vas a escuchar, porque cuando me lo dijiste estabas llorando y no quería hablar, porque me dio miedo, pánico, porque no sabía que hacer, pero ahora se y tu me vas a escuchar, golpeo la puerta, fuerte, muy fuerte, quiero que despiertes, quiero que bajes y abras la puerta, quiero que bajes, abras la puerta y me escuches, porque esto es TÚ culpa, abres la puerta, tienes los ojos rojos, estuviste llorando, me saludas con un hilo de voz, me dices que estoy mojado, todavía te preocupas por mi, me preguntas si es que estuve bebiendo, mírate, tan frágil ¿Como tú me pudiste hacer esto? Tú, más que nadie tú, no podemos hacer esto, me dices que me calme ¡Como quieres que me calme, arruinaste mi vida! ¿Yo? ¿Y que hay de mi? ¿De ti? Lo más probable es que lo hayas planeado todo ¿No? Claro, lo he visto muchas veces, te embarazas, me caso, tengo que trabajar para mantenerte a ti y a tu maldito bebe, mis sueños a la mierda, lo importante ahora eres tú, ¿Por que me hiciste esto? pensé que me querías ¿Como dejaste que arruinara mi vida? ¿Qué me calme? No, no quiero estar calmado, quiero una respuesta, quiero una solución, quiero mi vida de vuelta, tal y como estaba, suéltame, no intentes abrazarme, no, no, por favor no, necesito estar enojado contigo ¡Suéltame! Te tomo por el cuello, porque esto es tú culpa, aprieto, porque esto es tú culpa, ese bebe no puede nacer, no aquí, no lo merece, no es su culpa, nacerá maldito, no puedo permitirlo, mira a tu alrededor, crees que este es un buen lugar para un bebe, asesinatos en serie, ladrones con corbata, políticos corruptos, sacerdotes pederastas, ya no es seguro salir a la calle, no aquí, no sabes si volverás a casa con vida o dentro de una caja, nadie merece vivir en un mundo así, ¿Por qué lo condenaste a vivir así? Acaso no te das cuenta que no hay futuro para él ¿Por qué arruinaste tú vida? ¿Por qué arruinaste mi vida así? Ya nada importa, ya no peleas, tus brazos cuelgan, tus ojos llenos de sangre me siguen mirando, se prende una luz, ahí viene tu padre, todo a acabado para nosotros.

Ya ni siquiera me sorprende que no me sorprenda



Estoy sentado frente a esta muralla que proyecta información, de todas partes del mundo llegan noticias, es tanta la información que ingresa a través de mis ojos a mi cerebro que ya todo a perdido importancia, sentido y perspectiva. Veo imágenes de cuerpos mutilados, escucho historias de crímenes increíbles, testimonios de asesinos sin remordimiento… un hombre que había secuestrado a 5 niños y los había mantenido encerrados en su casa, y no solo eso, después de volver de su trabajo de vendedor de maquinas de ejercicio por teléfono, encendía su cámara de vídeo Sony VCX 57 y violaba a un niño distinto cada noche y obligaba a los otros a mirar y a participar… luego de 3 años así, había decidido que era hora de terminar con todo esto y se suicido frente a ellos, los abrazo por ultima vez y se pego un disparo en la cabeza. “Extra, extra tenemos las grabaciones que dejo este desequilibrado hombre en la cual podemos apreciar su trato con los niños. Advertimos las siguientes imágenes pueden ser profundamente traumáticas así que sugerimos evitar que cualquier menor de edad veo esto por las probables secuelas que esto puede provocar” ya ni siquiera me sorprende que nada de esto me sorprenda, se que ese vídeo será visto unas 800.000 veces en Internet esta mismo noche, por jóvenes de 15 o 16 años en su mayoría… Lo mismo había ocurrido exactamente una semana atrás, el senador Guzmán había robado 5.7 millones de dólares a familias de escasos recursos, prometiéndoles viviendas más dignas y un estilo de vida acorde con el de un ser humano pero no, los había engañado les había robado todo el dinero que tenían, les dijo que confiaran en él que el sabía lo que hacía, les dio la esperanza de salir del hoyo en el que él mismo les había hecho caer (85% de los afectados además eran trabajadores de una empresa de la cual él era el socio mayoritario) dos años después, sin ningún castigo formal, sin tener que devolver ningún centavo a nadie, sin tener que pasar ningún día en la cárcel, dos años después en los que no tuvo que pedir disculpas a nadie, el mismo senador lanzaba su carrera por la reelección en el mismo distrito, y tiene a las encuestas de su lado, todo apunta a que volverá a ser electo incluso por un mayor margen que la vez anterior. Ya ni siquiera me sorprende que no me sorprenda. Esta pantalla me manda tanta información que mi capacidad de asombro es nula, vivo el día a día como cualquier otro, vuelvo a mi rutina, todo igual, solo que esta vez mi compañero de trabajo no llega y suena el teléfono, vuelvo a la rutina, todo de nuevo, estas maquinas de ejercicio no se venden solas.

miércoles, mayo 02, 2007

Comun y Corriente



No me viste venir, creíste que era otro cliente más, otro cliente común y corriente. No pudiste haber estado más equivocado. Me acerqué y te pedí una caja de cigarrillos, no dijiste nada, sólo agarraste la cajetilla y la dejaste frente mío, era tarde y estabas tan cansado, ¿cuántas horas llevabas trabajando? Quien sabe ¿verdad?, puse mi mano en el bolsillo trasero de mis pantalones, apuesto que creíste que iba a sacar mi billetera, debiste a ver visto la cara que pusiste cuando tenías el cañón frente a tus ojos, comenzaste a sudar pero nunca habías estado más quieto, abriste la boca pero no dijiste nada, abriste esos cansados ojos que tenías, nunca habías estado tan despierto. Después de algunos segundos (Debieron haber sido horas para ti) comenzaste a balbucear, que me llevara todo el dinero que tenías, que no te importaba, pedías por tu vida, que tuviera compasión, que tenias mujer e hijos, que querías verlos crecer, y luego comenzaste a llorar, yo en cambio comencé a reír, levantaste las manos y te dije que salieras del mostrador, obedeciste sin decir ninguna palabra, esto era demasiado fácil, te arrodillaste frente a mi, yo traje una silla para sentarme, quería disfrutar del espectáculo, solo dos metros separaban tu rostro de la bala que en unos momentos más lo atravesaría, seguías llorando, dijiste que harías lo que fuera, y te pregunte si me odias, me dijiste que no –No, no lo odio señor, usted debe tener alguna razón…- maldito infeliz, mentiroso, cínico, estoy con una pistola apuntándote a tu rostro y tu me dices que no me odias ¡Sí claro! si es que no me odias a mí ¿a quien odias? ¿A quien te gustaría ver muerto? Vamos respóndeme, cuando salga de esta tienda ¿a quien quieres que busque? Comenzaste a temblar, me dijiste que a nadie, te pregunto de nuevo, esta vez además te digo que si no me dices algún nombre serás tú quien morirá, piensa en tu señora, piensa en tus hijos, ¿quieres que queden sin padre? comenzaste a rezar, Padre nuestro que estas en los cielos –cállate- santificado sea tu nombre –cállate- venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el… ¡Cállate! Te golpeo en el rostro, ¿Acaso no ves que estoy dejando en TUS manos tu destino? ¡No en las de Dios! Te estoy dando la posibilidad de salvarte, de hacerlo tu mismo, o ¿acaso crees que un ángel va a bajar y salvarte? No, no le interesas, un simple cajero en una estación de servicio en el medio de la nada, ¿que esperabas? Me paro y me pongo detrás de tuyo, sientes el frío metal en la nuca, ¿viste pasar tu vida frente a tus ojos? -Dame tu billetera- tu mano tiembla, pero haces lo que te digo –Entonces, me vas a decir algo o ¿voy a tener que ir a preguntárselo a tu mujer?- me miras con cara de espanto, no, no sería capaz... ¿o si? Ya he llegado hasta acá ¿que me impide dar el siguiente paso? Tragas saliva, abres la boca pero las palabras no salen, no puedes decir nada mientras estas llorando, muy bien, si no quieres hablar no es mi problema, en ese momento me dices con tu voz entrecortada que hay un tipo, un tipo al que alguna vez le pediste prestado dinero, y que todos los meses viene, viene a cobrar, nunca viene solo siempre con sus matones, cada vez es peor, la ultima vez que estuvieron por acá destruyeron todo el local, y te dieron una paliza, te golpearon, te patearon en el suelo hasta quedar inconsciente.
A él, a él lo odio, no me importaría no volver a verlo nunca más, que me deje en paz a mi y a mi familia, él, él debería estar acá ahora no yo, él, sí a él deberías ir a buscarlo, ahora por favor déjame tranquilo, luego me preguntaste cual era su nombre, Cristian Méndez, tiene el pelo negro, y no es muy alto…
El señor Méndez se canso de esperar, la bala atravesó tu cabeza y se alojo en el muro de enfrente, tu cuerpo inerte quedo ahí, en un charco de sangre, salgo de la tienda, como si nada hubiese pasado, como otro cliente más, común y corriente. No pudiste estar más equivocado.

viernes, marzo 30, 2007

Solo quedamos nosotros


Sólo quedamos nosotros, le dijo, en unos minutos más traspasarán las murallas del palacio. Ambos sabían ya su destino, no había nada que pudieran hacer, sólo les restaba esperar, encerrados dentro de esas cuatro paredes, mientras su gente moría allá afuera, él la miro a los ojos y vio miedo en ella, podían escuchar el sonido de las espadas negándole misericordia a su gente. Se abrazaron, ella se sumergió en sus brazos, intentando escapar de este final, él intentó consolarla, le decía que pronto estarían en el cielo, pero para llegar allá había que superar este infierno primero. Ella le dijo que una vez había escuchado a unos sabios conversar sobre cómo imaginaban el cielo y el infierno. El primer sabio dijo que no existían tales cosas, y que habían sido creadas por los hombres para controlar la vida del hombre. El segundo sabio, que a su vez era el maestro del anterior, le dijo que en el infierno había caos, y por mucho que buscaras un poco de paz era imposible encontrarla, pero que el cielo era mucho peor, puesto que había una paz total, y el primero que rompiera esta paz con el más mínimo movimiento o pensamiento impuro era condenado a sufrir el resto de su eternidad en el infierno, y que sólo había una cosa peor que sufrir en el infierno, y ésta era vivir toda una eternidad con miedo a caer en éste. El tercer sabio, quien había instruido al anterior, que era conocido por toda China como maestro de maestros, les dijo que, el infierno y el cielo eran la misma cosa, una gran mesa en la cual estaban todos sentados unos al lado de otros, y en la mesa estaban servidas las mayores exquisiteces que cualquier hombre, rey, emperador o Dios hayan visto jamás, pero los palillos para comerlas se extendían por varios metros, los que llamaban este lugar infierno, lo hacían porque no podían probar estas delicias, ya que no podían llevar estas exquisiteces a sus bocas, en cambio los que llamaban a este lugar cielo, ocupaban los palillos para dar de comer a quienes tenían en frente. ¿Y tú que crees?, le preguntó. La verdad sólo me importa que tú vengas conmigo, que no nos separemos, que seamos uno solo… y se presionó aun más fuerte contra su pecho, se acercó y le susurró algo al oído. Él no pudo contenerse y una lágrima escapó a través de su mejilla, ya no le importó verse vulnerable, estaba solo con su amada, no tenía que aparentar, ella lo conocía a la perfección, le dijo que no podía hacerlo, que la amaba demasiado, ella le respondió que era la única forma honorable de hacerlo, que sólo así estarían juntos por el resto de la eternidad, le secó las lágrimas, y dio media vuelta, apoyó su delicada espalda contra su pecho, él con su brazo izquierdo la tomó por la cintura, ella le tomó la mano derecha y la llevó al mango de su espada, juntos la apretaron, llevándola contra el pecho de la emperatriz. Vamos, es la única forma, le dijo… la espada atravesó ambos corazones y fundió los dos cuerpos en uno solo, ambas almas subieron juntas la cielo, y se mantuvieron así por el resto de la eternidad.
Cuando el líder de los bandidos logró entrar al palacio quedó tan conmovido con la escena que mandó hacer una estatua con la figura de ambos amantes. La estatua todavía esta dentro de la ciudad prohibida de China, y en ella todavía se puede leer “Sólo quedamos nosotros”.